Tengo la sensación de que hace SIGLOS que vivo acá, ya estoy tan instaladísima que a veces a los chinos ya no los veo más "chinos": les veo los ojos gigantes, las narices prominentes, los cuerpos fornidos, hasta que los escucho hablar y obviamente vuelvo a la realidad: algunos podrán tener los ojos un poco más grandes, pero incluso siendo más grandes que los míos (que son bastante chiquitos, por cierto) siguen conservando los rasgos chinos.
Ante este comentario, la pregunta que más me suelen hacer es: "¡Ah! ¿Ya te empezaron a gustar?" La respuesta por ahora viene siendo la misma: "No".
Por suerte hay una gran variedad de extranjeros de muchas otras partes del mundo, de todo tipo, color, forma y religión con los que me entretengo.
El otro día mi amiga L. me sugirió que comprara un mapamundi y que pusiera una marquita en cada país a cuyo representante me volteara. No creo que me dé el tiempo (ni el cuero!) para marcar todos los países, pero por lo menos ya tengo el mapita y las chinches para empezar la carrera.
Es un buen comienzo.
Ante este comentario, la pregunta que más me suelen hacer es: "¡Ah! ¿Ya te empezaron a gustar?" La respuesta por ahora viene siendo la misma: "No".
Por suerte hay una gran variedad de extranjeros de muchas otras partes del mundo, de todo tipo, color, forma y religión con los que me entretengo.
El otro día mi amiga L. me sugirió que comprara un mapamundi y que pusiera una marquita en cada país a cuyo representante me volteara. No creo que me dé el tiempo (ni el cuero!) para marcar todos los países, pero por lo menos ya tengo el mapita y las chinches para empezar la carrera.
Es un buen comienzo.